ECONOMIA CIRCULAR


La economia circular es un modelo de uso y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende.
En la práctica, implica reducir los residuos al mínimo. Cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible gracias al reciclaje. Estos pueden ser productivamente utilizados una y otra vez, creando así un valor adicional.

Contrasta con el modelo económico lineal tradicional, basado principalmente en el concepto “usar y tirar”, que requiere de grandes cantidades de materiales y energía baratos y de fácil acceso. La obsolescencia programada contra la que el Parlamento Europeo pide medidas es también parte de este modelo.
El objetivo de la economía circular es, por tanto, aprovechar al máximo los recursos materiales de los que disponemos alargando el ciclo de vida de los productos. La idea surge de imitar a la naturaleza, donde todo tiene valor y todo se aprovecha, donde los residuos se convierten en un nuevo recurso. Así, se logra mantener el equilibrio entre el progreso y la sostenibilidad.

Consejos para contribuir a ella

Todos podemos contribuir a modificar el modelo lineal –usar y tirar– por el de la economía circular. Con estos diez consejos podrás contribuir a la economía circular a través de cuatro acciones: reducir, reutilizar, redistribuir y reciclar.

1. Reparar antes que tirar

Aunque parezca que los productos tecnológicos enseguida se quedan antiguos, reparar y no tirar es más importante que nunca. Es posible ejercer el derecho legal a la garantía de dos años y, de hecho, cada vez hay más empresas que reparan productos tecnológicos. Si es necesario que cambies de dispositivo, llévalo al punto limpio más cercano.

2. Elegir lo duradero antes que lo desechable

Muchos de los útiles cotidianos de una casa son de usar y tirar, aunque es fácil cambiar estos productos por artículos duraderos. Desde servilletas de tela en lugar de papel, pañuelos en vez de toallitas o cajas y bolsas de tela en lugar de las bolsas de plástico de un solo uso.

3. Reducir la basura al mínimo

Como hemos visto, la economía circular empieza por minimizar el consumo excesivo de recursos. Para llevarlo a cabo, prepara comidas que generen la menor cantidad posible de desperdicios. También puedes rechazar las facturas en papel y la publicidad en nuestros buzones. Cuando vayas al supermercado, compra productos sin embalaje o que sea reciclable.

4. Hacer la lista de la compra

Revisa las existencias de tu despensa antes de hacer la compra para no comprar en exceso y luego tener que tirar comida. Intenta escoger productos que tengan menos envases. Y, en la medida de lo posible, compra aquellos que utilicen materiales reciclables, evitando envases y materiales de un solo uso.

5. Comprar de segunda mano

El mercado de segunda mano se ha ampliado en los últimos tiempos gracias a las decenas de plataformas digitales y apps que existen. Estos entornos digitales de economía circular nos permiten adquirir productos usados en buen estado y a buen precio.

6. Compostar en casa

La materia orgánica generada por peladuras, vegetales o fruta supone el 40% de lo que se tira diariamente al cubo de basura. Y todos esos residuos pueden transformarse en abono tras un proceso relativamente sencillo. Es un gran ejemplo de cómo la economía circular puede transformar un producto en otro que contribuye con el medio ambiente. Además, es muy fácil de llevar a cabo. Para compostar en casa solo necesitarás una compostadora. Se puede comprar en superficies de jardinería o se puede incluso fabricar por uno mismo.

7. Ajustar el gasto energético

La economía circular también promueve el ahorro de recursos y, entre ellos, se encuentra la energía. En este sentido, se pueden hacer muchas cosas para reducir el consumo: cambiar las bombillas por unas de bajo consumo, llenar la lavadora y el lavaplatos en cada uso o utilizar el termostato de los electrodomésticos. Adquirir electrodomésticos de alta calificación energética, una caldera moderna y realizar un buen aislamiento de la vivienda son otras formas de ahorrar energía.





8. Reciclar

No es solo un ejemplo de economía circular sino, de hecho, una de sus bases. La economía circular propone que todos los desechos tengan una segunda vida útil como nuevas materias primas. Los envases de plástico, briks, latas, papel y cartón y vidrio tienen su sitio en los contenedores de colores. Pero también hay que ocuparse de pilas, aparatos electrónicos, químicos, textil, aceite usado, medicamentos, etc.

9. Aprender a deshacerse de lo que no se usa

Casi todos almacenamos cosas que hace años dejamos de usar, pero de las que no queremos desprendernos. En muchos casos son objetos que siguen teniendo valor y pueden tener fácil salida en mercados de segunda mano. Más aún con las aplicaciones y servicios de intercambio existentes hoy.

10. «Doggy bag» o «Gourmet bag»

Si sobra comida en el restaurante donde has comido, pide que te la empaqueten para llevar. No te cortes. Con gestos como este, estarás contribuyendo de forma activa a la economía circular.

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